A través del paso del tiempo, los anuncios se adaptan a las nuevas formas de comunicación y de consumo de nuestro mundo. Para crear uno efectivo, se debe entender no solo el presente de la sociedad sino también interpretarlo para dar pie a nuevas piezas que se amolden y cautiven a los usuarios. Las campañas siempre van a variar, por el mismo vaivén en el que nos encontramos inmersos, dentro de un mundo no solo híper conectado sino que también, híper inmerso en esa conectividad donde ocio, información y consumo confluyen en un solo lugar.
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Nuestro mundo está en constante cambio y, ante esto, solo una revolución del contenido puede obtener ese diferencial que necesitan las marcas para distanciarse de sus competidores. Así entonces, potenciarse para ofrecer productos puede llegar a permitir dar una opción que las audiencias no tenían en cuenta o cautivarlos con un anuncio refrescante y diferenciador. ¿Qué será del futuro de los anuncios? Hasta ahora solo parece que de la innovación a la diferenciación hay un tramo que no todas las marcas logran transitar.