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6 de julio de 2023    Post #8199
Diseñar para las personas cambia el mundo

Diseñar en la era de la hipervisualidad, de la reacción y el estímulo constante, requiere de una alta dosis de valentía, además de gran capacidad profesional.

Artículo fue escrito en colaboración con Lorenzo Fino

Nadie logra nada sin intentarlo al menos una vez. Los que lo logran con un solo intento, tienen mucha suerte o tal vez nada ya que se sabe que en el error siempre hay más información útil que en un acierto por azar o de pura casualidad. Diseñar para las personas es una posibilidad de infinitas dimensiones al ser una ventana que se abre para incrementar valor, gracias a la innovación, en la vida diaria de las personas, o eso es al menos lo que debería ser.

Con esta idea de diseñar para las personas y no tanto para los dispositivos o los soportes, las cosas han ido cambiando de maneras a veces imperceptibles o naturalizadas sin mucho esfuerzo. Esta nueva reversión de una vieja idea fundacional del diseño, revalorizó su función ampliando sus límites en el horizonte. Comprender a profundidad las necesidades de las personas, es el primer paso para lograr que el diseño permita dar soluciones concretas, duraderas y vitales en nuestra vida cotidiana. Éste blog ya ha tratado temas similares en: «El diseño es todo«

Un nuevo eje

El diseño es en sí un proceso y que puede nacer de una observación aleatoria o de la simple curiosidad ante un problema que se nos presenta con la intensidad ineludible de resolverlo. Los tiempos se han acelerado pero al mismo tiempo, las bases de desarrollo del pensamiento de diseño siguen con la solidez que la propia vorágine de los tiempos van consolidando a cada paso con más fuerza. A mayor complejidad, mayor simpleza en la resolución final, ya no como postulado conceptual, sino como mandato inevitable, Hoy es vital «comprender las necesidades de las personas, de los usuarios para diseñar con mayor éxito soluciones en cualquier sector. En este entramado de “personas al centro” aparecen elementos esenciales que deben tenerse en cuenta: el diseño de los usuarios, la experiencia del cliente y la atención del usuario«.

Los cambios de perspectivas y visiones, deben ser un combustible cotidiano a la hora de desarrollar cualquier solución de diseño. Todo lo que se muestra tiene que tener un sentido y en esta era de la hipervisualidad e hiperconectividad, las perspectivas son un insumo paradójico en la creación de una solución de diseño: por un lado potencian los posibles abordajes y por el otro homogeinizan las resoluciones finales dando una sensación de ya visto y de que por eso mismo es una solución correcta. Pero verlo desde el lado del usuario lo cambia todo, sobre todo por que el diseñador en la mayoría de las ocaciones no es el usuario o destinatario final de aquello que se diseña. Ponerse en los zapatos de quién usará el diseño no es tarea sencilla dada la valentía que demanda esa postura y perspectiva profesional.

Todo es cuestión de perspectiva

Al mismo tiempo, ya casi nada queda por fuera de la «mirada del diseño» y que parece haber colonizado todos los rincones de las empresas. Signo de los tiempos y cada instancia histórica nutre con una personalización humana y una mirada global sobre el contexto que toque vivir. Conectar y empatizar con las personas que han visto desaparecer límites de conexión y hasta geográficos en el mundo de hoy cada vez más «glocal« (acrónimo formado a partir de global y local), va más allá de un bonito mantra que se repite con poco esfuerzo. Hoy, en nuestra era de internet global, no hay producto sin antes haber web. Del pienso luego existo al veo luego existe: el 75% de consumidores forma su opinión con el diseño de la web y el 48% lo vincula con la credibilidad que tiene el site. Se puede discutir si esto es en sí un valor, pero no el hecho de que éste es el contexto en el cual el diseño se mueve. Los tiempos siempre son cambiantes y siempre lo serán. Adaptar las necesidades de los productos y servicios a lo que busca o espera o anhela el usuario es un motor de desarrollo, aunque a veces no sepa lo que busca, espero o anhela hasta que se lo mostramos. Después de todo es bueno recordar que, sin personas, no hay diseño.

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