“Nunca hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión” dijo alguna vez el famoso poeta Oscar Wilde. Ya sabemos que en diseño, para causar una buena primera impresión a los clientes, es indispensable hoy en día el dominio de saberes que van más allá de la praxis del diseño en sí. Las disrupciones tecnológicas nos han puesto ante el desafío de incorporar otros saberes, como por nombrar uno al azar, conocimientos en tecnología aplicados a la economía digital. La creatividad y las herramientas infomáticas se fusionan para crear un contenido sólido y de calidad. En el artículo «La digitalización del conocimiento» hemos puesto de relieve la importancia de aprender, desaprender y volver a aprender en estos tiempos disruptivos.
«La transformación digital le ha dado un protagonismo sin precedentes a todo lo visual. Se calcula que muy pronto el 80% de todo el tráfico de internet será a través de videos, y sabemos que no se refiere solamente a una persona hablando frente a cámara, sino a audiovisuales más complejos con infografía e imágenes.» Tiempos visuales. Tiempos veloces. Tiempos de digitalización que impulsan una etapa de la globalización gracias a uno de los recursos más escasos que existe, el talento humano.
La digitalización es un hecho que ha tomado mayor impulso gracias a la ralentización en el proceso de globalización que provocó la pandemia. Pradoja de estos tiempos. No obstante el diseño, entendido como una actividad centrada en la solución a una necesidad, encuentra hoy en día características que si miramos bien, son nutridas por otras disciplinas o incluso ciencias. El diseño ya no es solo la proyección de algún producto funcional o comunicacional por medio de signos gráficos. Se amplió el campo de acción, de desarrollo y tal vez por sobre todas las cosas reforzó una caraterística intrínseca al oficio, es una foma de pensamiento. Un forma de ver el mundo que sigue aspirando o presume de mejorar el mundo y, a veces, hasta puede ostentar haberlo cambiado.
Este nuevo universo del diseño que le permite absorber otros saberes y conocimientos ha llevado a que, por ejemplo, empresas como Google, Apple o Samsung por nombrar algunas, hayan incorporado al diseño en sus propuestas de desarrollo y soluciones de negocios incluyéndolo como una variable estratégica.
Pensar el mundo sin diseño es inútil, alguien siempre tendrá que pensar una solución a una necesidad por más pequeña que sea ya que al ser parte de una industria creativa toma valores económicos como la eficiencia, la maximización de beneficios y la completa utilización de recursos para crear objetos que mejoran la vida de las personas. ¿Se podría mejorar la vida de las personas a través de contenidos de diseño puramente realizados para la web?. ¿Por qué no? Si nos centramos en las personas se podrá lograr, si nos centramos solo en el soporte tal vez no se logre.