Comienza un nuevo año y las ideas brotan sin freno. Tal vez casi sin pensarlo empezamos a imaginar que nos deparará el devenir que está empezando a caminar con este 2010 que llega lleno de expectativas.
Mario García en su entrada de hoy predice y desea en siete puntos muy interesantes como el 2010 se convertirá en un año 10 puntos para la comunicación y la información. Su artículo me llevó a hacer un repaso de algunos conceptos – no sólo de los que él expresa – sino también de otros que durante el 2009 se fueron asomando y debatiendo como posibles cambios a darse. Aquí una lista de cinco puntos que pueden hacer que el 2010 se convierta en un año muy bueno para la industria de la información.
En un artículo del pasado noviembre de 2009 ya se daba por sentado y como superado que los navegadores soportan e interpretan las fuentes originales pensadas para el diseño del sitio y esto gracias – entre otras cosas – al desarrollo que tuvo y tienen las fuentes Open Type. Este paso preanuncia una oportunidad inmensa (¿infinita?) no sólo para el diseño de páginas digitales o de interfaces gráficas en general, sino para la creación de tipografías y que ahora muta por el desarrollo tecnológico disparado por la red de redes y que se mueven del soporte papel y las picas a los pixels a las pantallas de todo tipo.
Y un día el iPhone cambió todo. El ahora famoso touch screen irrumpe y disrrumpe. Después de un largo recorrido y ahora con el Kindle (y otros artilugios) la mayoría de los fabricantes logran, después de algunos años, tener telefónos con pantallas táctiles. Es difícil imaginar que haya otra interface para usar. Google no es ajeno a esto y su Nexus One con lanzamiento confirmado nos presagia que el algoritmo pisará fuerte entre el iPhone y la Blackberry como el primer producto offline de Google. La portabilidad, la conectividad y la información en tiempo real marcan los pasos metafísicos de lo que será o puede llegar a ser la comunicación por venir y nos indica que los soportes integrados, inalámbricos y móviles marcarán la pauta. Apple no se quedará atrás ya que su Apple Tablet vendrá dentro de poco. Tal vez sea menos disrruptivo que sus últimos lanzamientos pero, al mismo tiempo, introduce una pantalla táctil nueva.
Internet gratis. Redes sociales gratis. Diarios de pago gratis. Herramientas en línea gratis. Todo gratis. No da la sensación de que todo esto sea sostenible en el largo plazo. Sólo, en algunos casos, con la venta de publicidad en línea y una estrategia Fremium se visualiza la posibilidad de un sostén importante. Los diarios impresos gratuitos han sufrido con la última crisis financiera internacional y con el derrumbe de las pautas de inversión publicitaria. En la red de redes la inversión avanza pero sigue estando lejos de los niveles adecuados. Los micropagos se perfilan como una opción adecuada para audiencias acostumbradas a no sólo interactuar con la información sino a consumirla cuando, donde y por donde ellas quieran. El caso de la BBC y su audiencia vía otros soportes que no son ni la radio ni la televisión tradicional, es una claro ejemplo de la gran oportunidad que se les abre a los contenidos.
Tal vez por ser tan veloz y tan nuevo todo lo relacionado con los desarrollos de las versiones digitales que lo bueno – y sobre todo exitoso – que un sitio ponía en la red, era casi en forma automática replicado por otros sitios. Y no esta mal ni bien, sólo era un forma de aprender. Ahora con años de desarrollos y algunas, no muchas, certezas, los sitios comienzan un camino de diferenciación. Donde la estética, sin dejar de lado la funcionalidad y sobre todo la usabilidad, tenga mucho más que aportar en los desarrollos en línea con audiencias que ya tienen un camino recorrido en su vida digitalizada y lo estético ha cobrado mayor importancia en estos tiempos. Después de todo los últimos lanzamientos de los productos de Apple o de Blackberry no han dejado de lado el diseño como una variable estratégica de diferenciación.
El crecimiento de Twitter y Facebook, la maduración de las bitácoras como referentes informativoss y la masificación de los dispositivos móviles conectados a las redes sociales más populares han modificado para siempre la distribución de la información y el tiempo real impone su ritmo tenaz. El gran desafío está entonces en lograr que calidad y actualización en tiempo real se puedan conjugar en una misma oración, pero eso es otra historia.