Las redes sociales conectadas a la telefonía móvil convirtieron al tiempo real parecen ser el nuevo cronómetro de nuestras vidas. Hoy el tiempo real está movilizado por la información. La dinámica disruptiva de los tiempos va modificando el escenario mediático y la forma en que nos informamos.
La información ya no corre solo por los canales tradicionales gracias a la irrupción de los medios sociales. Tanta es la influencia de éstos que los periódicos han cambiado la manera de informar. Además de restringir el contenido en base a muros de pago, los medios tradicionales han comenzado a utilizar a los medios sociales como plataforma de arrastre en términos de lectores. Con la herramienta reels (de Instagram), por ejemplo, se combinan elementos visuales y de audio para así generar información interactiva y atraer también al público joven menos relacionados con los medios tradicionales e incluso recelo de ellos. Una nueva forma de usar a los medios sociales para conectar historias y audiencias jóvenes.
Vivimos en un mundo hiperconectado y no hay lugar para el retroceso. Hoy, con los dispositivos móviles como gran acaparador de los movimientos mundiales, las noticias parecen estar tan al alcance de los lectores que se convirtieron en una herramienta de lo espontáneo. Las audiencias no están exentas de esta dinámica que a su vez reconfigura tanto el espacio y la forma en la que leemos. Así, el número de usuarios consumidores de noticias conectados a la red no para de ampliarse, como vemos en el siguiente dato: ya son más de cuatro billones los usuarios activos en los medios sociales y esto excede, por larga capacidad de estos medios de generar audiencias, a los suscriptores de noticias por los canales tradicionales.
Las fake news son producto de estos cambios disruptivos en el mercado de la información. Es por el corrimiento de los canales tradicionales como líderes mediáticos que ha cambiado, también, la forma en que corroboramos esa información. Hoy los usuarios activos y consumidores de noticias más jóvenes, confían más en una cuenta sin verificar (sin tic azul) de un medio social, que en los medios tradicionales, a pesar de ser los medios sociales la cuna de la proliferación desinformativa. Como vemos en el siguiente informe realizado por el Observatorio de Medios de la UCA, los usuarios (argentinos en este caso), tienen preferencia en los medios sociales muy por encima de la prensa escrita.
Hay 4.7 billones de usuarios activos en los medios sociales. Consumen la información dentro de los mismos, muchas veces en perfiles bot que solo utilizan la plataforma para orientar las noticias al condimento político y económico que favorece a ciertos sectores. ¿Quién confirma la veracidad de los hechos que publica un perfil random en los medios sociales? ¿Por qué el usuario cree más en este tipo de cuentas que en el medio tradicional a pesar de no poder chequearlas? «De hecho, y según una investigación de NewsGuard, casi el 20% de los videos de TikTok sobre noticias contienen información errónea.» Las generaciones más jóvenes se han alejado de los medios tradicionales porque además han cambiado los objetos de consumo masivo.
En nuestra vorágine cotidiana, la información parece haberse convertido en desinformación por el mal uso y el desuso de los medios sociales que han reemplazado a los medios tradicionales. Si la información mueve al mundo siempre la vamos a querer en el momento pero tenemos que pensar que a veces ese momento informativo no reproduce la veracidad en lo que se informa por la propia lógica de la velocidad que antepone el lograr más clicks, hacer crecer el rating o la búsqueda de un aumento en las ventas a la credibilidad y la calidad.