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18 de abril de 2010    Post #998
Sincrodestino digital

El crecimiento constante de la red de redes y sus herramientas de edición y publicación en línea, nos hace pensar y ver que la era de la información y el conocimiento en línea son un eslabón de una larga cadena que por ahora se luce infinita. Este artículo fue publicado en varios sitios de internet […]

El crecimiento constante de la red de redes y sus herramientas de edición y publicación en línea, nos hace pensar y ver que la era de la información y el conocimiento en línea son un eslabón de una larga cadena que por ahora se luce infinita.


Este artículo fue publicado en varios sitios de internet en 2007. Esta es una reedición del artículo original.

Una idea lleva a la otra. Una innovación impacta y genera una nueva oportunidad que, a su vez, crea otra. Los ciclos de vida de los producto (tal como lo hemos conocido hasta ahora) en algunos rubros como tecnología por ejemplo, se acortan y ya no hace falta esperar a su declinación o decadencia para empezar a innovar. Cuando está a punto de alcanzar su punto de maduración o incluso antes, ya se empieza a presentarse y hasta lanzarse una nueva versión (no siempre superadora) del mismo producto. El tiempo es veloz. Nunca antes hemos visto tanta vorágine. Y ésta le da pánico aún a aquellos que la alimentan a pura innovación.

El crecimiento de la banda ancha no se detiene. La red de redes avanza sin límites. Esta evolución lleva a que las cámaras digitales tengan que desarrollar nuevas aplicaciones basadas en la conexión a los medios sociales. Esto lleva a más audiencia, más conexión, más tráfico, más vida digital, más contenido y por ende más inversión publicitaria. La velocidad de los cambios abruma tanto como lo hace la interrelación de los mismos. Más tráfico y más inversión en publicidad en línea, cambia la forma de medir la importancia de un sitio o como interactúan las audiencias en él. Una cosa lleva a la otra.

La galaxia de las conversaciones con los 90 millones de bitácoras que existen en este momento, no es una geografía que los anunciantes vean como tierra firme. Es una conversación por lo tanto, el control del diálogo y el discurso no está asegurado.Es tierra indomable e independiente. Y como debe ser en un medio que fue tomado por asalto por los ciudadanos que han empezado a fiscalizar a los medios tradicionales y por ende a los anunciantes. Todos conectados, todos controlados.

Tal vez sea muy difícil aventurar un destino a este crecimiento y cambio de paradigma  en la comunicación, pero al mismo tiempo, si es seguro que el cambio no tiene retorno y que los eslabones de esta cadena de innovación y creación de conocimiento y por ende de riqueza intangible (para los que tienen acceso a l atecnología) y su posterior transformación en riqueza tangible, no será fácil, ni mucho menos sencillo. Llevará, al igual que todos los cambios culturales, mucho tiempo y no estará inmune a las tensiones que generará el propio cambio en su progesión cultural.

Se presupone que el cambio cultural que provocó la masificación de la red de redes, tiene dimensiones que apenas estamos empezando a ver y sentir. A medida que avence serán al ritmno de la disrupción tecnológica, seguir ese ritmo de cambio perpetuo, requiere estar entrenado para el cambio y se sabe que el hombre, como especie, no siempre es amigo de ello.


 

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