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17 de agosto de 2018    Post #2058
Narrativas para las transaudiencias

Lo ya dicho mil veces: nuevas tecnologías, nuevas oportunidades para contar historias. Las audiencias se mueven de un dispositivo a otro y la producción de contenidos debería aprovechar esta nueva geografía para profundizar la experiencia comunicacional y periodística.

Al igual que una crisis económica, las tendencias culturales no se preanuncian por la televisión, ni se viralizan por los medios sociales, ni se informan en los diarios impresos antes de que estas ocurran. Irrumpen mientras van aconteciendo y dejando de acontecer. Entonces en el mejor de los casos, justo en el fin de la tendencia se registran, en cuanto fenómeno, en los medios digitales y analógicos. Justo cuando otra tendencia cultural está empezando a despuntar en el horizonte. Todo pasa demasiado rápido en este momento de la humanidad en donde la abundancia de accesos a la información y de posibilidades de elección nublan esa misma posibilidad; una especie de «escacez» hija de la imposibilidad de abarcar tanta abundancia y no por una escacez per se. Paradoja digital.

Si seguimos la línea invisible que une a la ya lejana convergencia tecnológica con la integración multimedial, podemos ver, en este recorrido que tenemos por aprovechar varias lecciones muy nutritivas y con gran proyección de futuro en el arte de contar historias. Mario García propone, dentro de 12 puntos a tener en cuenta a la hora de producir una narrativa visual, un punto clave de este nuevo proceso informativo y de consumo cultural a todo nivel: Cómo fluyen las historias hoy: hay momentos en los cuales queremos la carne cruda, pero otros en que la queremos ¡cocida! Un momento bisagra entre la instantaneidad y la profundidad.

Las narrativas multiplataformas, esas que presentan la misma historia pero en diferentes soportes y aquellas historias de formato crossmedia que extienden una historia a otros soportes pero sin alargar el universo narrativo, son caminos que resultan adecuados para explicar una noticia y ademas para alargar el impacto, la influencia y la relevancia que una historia puede llegar a tener. Aunque en las narrativas transmedia es donde está el mayor campo de experimentación y en donde se puede lograr extender la historia principal a distintos soportes autónomos sin perder de vista que cada una de las partes hacen a la historia general. El todo es más que la suma de sus partes por que cada parte no está desvinculada de las otras pero y por sobre todo, las narrativas transmedia permiten, desde su origen, que los usuarios colaboren para ampliar la historia dando lugar a mayores posibilidades narrativas. La ficción audiovisual Águila Roja, entre otras, es un buen ejemplo. Al contrario de la experiencia Netflix dónde todo queda dentro del mismo soporte en el que nos informamos o miramos la televisión tradicional y los usuarios mutan o regresan al viejo paradigma pasivo sin intervenir en la trama ni en la construcción de la historia y sin que la historia se combine por fuera de Netflix tal cual como se presenta allí. Paradojas de estos tiempos donde si hay una industria que se ha beneficiado de las nuevas formas de contar historias es la audiovisual. Esta nueva dimensíon de «translectores, transusuarios o transaudiencias» son una oportunidad única para contar historias desde lo periodístico donde la mezcla de lenguajes y de posibilidades tecnológicas abren una nueva oportunidad para informar con mayor profundidad.

Las narrativas digitales reformulan la comunicación cultural gracias a la masificación de las nuevas tecnologías que recuperan la participación del usuario/lector/audiencia y potencian la fragmentación de lo narrado que fortalecen la historia como unidad. Nuestros abuelos que nos contaban historias fantásticas de otros tiempos, que intervenían en la trama y nos dejaban intervenir en ellas, jamás pensaron que hoy la tecnología sería el eslabón que une aquellos relatos orales a estas historias digitales. Tal vez al  lúcido y crítico investigador italiano Giovani Sartori, no le hubiera caído muy en gracia este cambio cultural. Este contexto nos permite desarrollar historias que tienden a superar al medio para el que fueron desarrolladas, con relatos paralelos que hacen evolucionar la historia hacia una comunicación inmersiva y donde en realidad se vive una experiencia comunicativa más potente que la que puede dar sólo el texto o sólo el video. Por más que cada uno de ellos sea una parte de ese todo que es la historia. La combinación de big-data, teléfonos inteligentes, propuestas basadas en HCI (human computer interaction) y una buena historia tal vez hagan o ya estén haciendo el resto y no sólo en la comunicación y el periodismo, sino también en la educación y el arte. El proyecto The Enemy es una de las muestras más potentes de desarrollo transmedia en lo que va de este año 2018.

 

Fuentes:

1. Las posibilidades de lo ‘transmedia’: charla con la directora del MIT Documentary Lab, revistaarcadia.com
2. Realidad virtual y nuevas narrativas «transmedia» llegan a la Argentina, infobae.com
3. NEWSKID, un proyecto transmedia periodístico, blog.rtve.es
4. América Latina «toma la delantera» en la narrativa transmedia, según Fernando Irigaray, efe.com

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