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28 de julio de 2025    Post #10335
Leer es escuchar, sobre todo al cliente

Un estímulo puede darte una herramienta útil paraa la gtoda tu vida. Aún cuando sea sorpresivo y en apariencia inócuo.

Leer es muy importante y no importa en qué soporte lo hagas. De niño, siempre veía a mi madre leer. Luego de trabajar en casa y terminar de atender a sus clientas (en aquel tiempo era cosmetóloga, pero hoy la llamaríamos emprendedora “home office”). Una vez finalizadas las tareas del hogar se reclinaba en su sillón favorito y, en ese instante, el resto del mundo terminaba a sus pies. Agarraba un libro y leía por unas cuantas horas sin que nada más importara. Un día regresé de jugar al fútbol y ella estaba ahí, leyendo. Le pregunté:¿Por qué te gusta tanto leer, mamá? Sin separar los ojos del libro, dijo: «Porque los libros están llenos de misterios»… Quedé petrificado; fue como si la Genkidama de Gokú me hubiera alcanzado. En realidad empujó la curiosidad congénita que tengo desde niño y, sin dejar la pelota de lado -porque la pelota no se mancha- empecé a buscar esos misterios que mi madre decía que había en los libros. Desde ese entonces, no he podido dejar de leer.

No sé si los encontré. No sé si existen esos misterios. Lo importante es que descubrí, con el paso del tiempo, que había una voz: mi voz interior. Un susurro en un pasadizo secreto que me permitió conectar con otras ideas, otros universos… o, al menos, que no me haga bobo, Jacobo. Por suerte, no dejé de jugar al fútbol ni de leer. No son excluyentes. ¿Por qué lo serían? Bueno, ahora miro fútbol y leo… pero esa es otra discusión. Lo concreto es que la lectura —repito, no importa en el soporte que sea— amplía horizontes, nos saca de los supuestos cánones, nos permite reflexionar, desafiar nuestras ideas, observar y, sobre todo, aprender a escuchar. No solo nuestra propia voz, sino también construir un puente invisible para escuchar al otro: su alteridad, su visión de las cosas, sus necesidades.

La mayoría de las ¿frustraciones? que muchas veces los diseñadores —con razón o sin ella— le adjudicamos a los clientes aparecen en una variopinta lista de ¿argumentos? que creo, empiezan en “no saber escuchar” o en no asumir que observar y reflexionar es una actitud que se cultiva día a día. Y no, no es ni un eslogan de mercadeo, ni una pose para la foto para que te llenen de “me gusta” en una red social. ¿Sabes cuándo se termina tu trabajo con un cliente? Cuando te dice: Disculpa, pero… ¿Has leído los puntos clave del proyecto? O cuando te dice: Oye… pero en el reporte creo que fuimos claros con el uso del color… ¿Lo has leído? No sé si hay —o debería haber— misterios en una minuta de trabajo. En todo caso, parte de nuestro trabajo es descubrirlos para lograr la mejor opción a desarrollar. Leer no debe ser una carrera gimnástica que te permita devorar la Enciclopedia Británica en un día. Hoy, con ayuda de la IA, puedes resumir un interminable reporte de proyecto e ir a lo concreto. Aunque puedes empezar, por ejemplo, leyendo el brief del cliente, cabrón. O del cliente cabrón. Pero esa es otra discusión.

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