Cuando miramos una de las revistas icono del entretenimiento para adultos podemos tomar varios caminos. En este caso vamos a optar por el, tal vez, más aburrido: ver y comentar sobre las portadas de la revista Playboy a lo largo de su historia.
Este se un trabajo que se hizo años atrás en García Media Latinoamérica y que rescatamos y publicamos ahora en 2010. Es un breve análisis realizado por el equipo de García Media®, por lo tanto si lo va a usar por favor dar los créditos correspondientes.
Mirar siempre hacia el pasado no es un ejercicio saludable. El futuro con sus imperfecciones e incertidumbre tiene una seducción irresistible y es más nutritivo. Pero darse, cada tanto, una vuelta por el archivo de la revista Playboy -como al de cualquier otra revista-, permite captar por ejemplo como fue cambiando su diseño de portada. Playboy transitó un cambio permanente que va desde un trabajo conceptual en sus primeros años y que llega incluso hasta bien entrados los años 7o, para cambiar a partir de mediados de los 80 por una fórmula menos estética y poética e inclinarse por una presentación más directa y donde las curvas voluptuosas de la infaltable modelo, lucen espléndidas gracias al oficio del buen retocador y su mano derecha – o izquierda – llamado Photoshop . En los 80 el programa de retoque fotográfico Photoshop hace su aparición y mantiene su dominio con pleno auge hasta nuestros días. Un cambio de paradigma estético para ¿ayudar a las ventas?, un signo de los tiempos.
En sus inicios, mayor riqueza conceptual, síntesis, cromatismo y fondo y figura; hoy pura carne, curvas y tintas de colores planos (si el presupuesto y la ocasión lo permiten pero cuanto más fuertes mejor), tipografía grande y abundante, mucho palo seco allí donde la versión Argentina matiza con serifes egipcios y mayúsculas que se asoman entre mujeres un poco más desvestidas que las que aparecen en la versión americana. La sangre latina empuja lo que la doble moral no se anima a mostrar.
Este repaso permite inspiraciones y rescates para que la inevitable influencia nos nutra el ojo avizor. Quedarnos con una mirada sólo anclada en el ideario colectivo de sólo carne y más carne, no nos permitiría encontrar las pequeñas sorpresas que hay en estas portadas de buen nivel gráfico. Aquí una selección subjetiva y aleatoria de algunas portadas de la edición americana de la revista Playboy.
Diciembre de 1953. Comienza una era en el mercado editorial: nace Playboy la primera revista símbolo del entretenimiento masculino y adulto. Y no podía ser de otra manera: el icono de la belleza y la sensualidad de aquellos años, Marilyn Monroe, y la hoy famosa fotografía ‘Sueños dorados», queda inmortalizada en la portada de la revista.
Noviembre de 1954. Portada de diseño clásico y composición cromática cálida para presentar en sociedad un estereotipo de una potencia de marca que sería arrolladora: el conejo y su carga simbólica para encarnar la metáfora del hombre de la noche y el «buen vivir. La mujer siempre en segundo plano, objeto de consumo y de un deseo seco y nocturno.
Junio de 1957. Un diseño tal vez adelantado a su época o producto de la censura, la doble moral y el falso puritanismo que mientras no se muestre, que se venda. No obstante el contexto político en los Estados Unidos y el auge consumista de post guerra, esta portada apela a la simpleza de la imagen de los gemelos para nutrir del condimento principal a una revista que comienza a convertirse en leyenda: la marca y el conejo, grabados a fuego.
Agosto de 1959. La sensualidad y las zonas erógenas. Puro impacto cromático y delicadeza tipográfica casi susurrante para provocar el inevitable «hojéo» de la revista. Toques ¿subliminales? donde el icono de la marca es el iris de esos ojos de mirada fulminante. ¿Radiografía del hombre de aquellos años? Tal vez.
Diciembre de 1961. Qué mejor que aprovechar el aniversario de los primeros ocho años de vida de la revista para publicar una portada sugerente. Un color poco agradable pero efectivo ayuda a crear la contraforma y la forma que enmarca esa mirada que asoma para reforzar la única promesa de la revista: el entretener a los hombres adultos. Juego de formas y contraformas donde aún la doble moral sigue dictando las normas.
Julio de 1963. Y las ondas de paz y amor de la generación «beat» comienzan a ser cada vez más populares convirtiéndose en una marca cultural en aquellos años signados por las guerras ideológicas de las potencias mundiales. Una portada «ingenua» para la Playboy que conocimos décadas posteriores pero que conecta con el espíritu de aquellos años, ¿se necesitaba algo más? No.
Diciembre de 1967. El rock vive su época dorada inaugurada por The Beatles y que con su etapa sicodélica le dan a la cultura un nuevo vuelo gráfico. ¿Puede una revista estar al margen de la explosión cultural de colores y formas de esa época? Si es una buena revista, no.
Mayo de 1988. La revolución de la autoedición de la mano de Apple Computer que se había iniciado cinco años antes está en plena evolución y sin ánimo de detenerse. Cambia de manera radical la forma en que se hacen las revistas y los diarios impresos. Tal vez ésta portada fue la última en la que Playboy apeló a una idea conceptual sin mostrar lo que todos los hombres quieren.
DOS CAMPAÑAS IMPECABLES
No hay mucho que agregar cuando la idea es lo que manda y el diseño o la resolución gráfcia queda en segundo plano. Dos juegos, uno con el clima y el otro, sutil – de bajo costo – con la luz.
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