Todo dispositivo es sólo eso. Un artilugio que, dependiendo de como lo usemos, podemos pasar a depender de él hasta para ir al baño o lo podemos usar para transmitir valores, concientizar sobre derechos, crear una historia o simplemente llamar a un ser querido con el que hace mucho que no hablás. La culpa no es del martilo que algún desequilibrado mate a otra persona con él. Sólo si una persona conoce sus derechos los puede usar o ejercer. En el 30º Día Internacional de los Derechos del Niño, el Kinderschutzbund Hamburg (Agencia de Protección Infantil de Hamburgo), además de innagurar «Platz der Kinderrechte» (Plaza de los derechos del niño) presentó el 1er. Museo virtual para los derechos del niño utilizando los dispositivos móviles de una manera innovadora y no rengeando del uso de ellos. A la innovación sólo hay que utilizarla.