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15 de mayo de 2019    Post #2498
Ídolos, futuro y narrativas

Evolución. Complementariedad. Incertidumbre. Los grandes cambios ocurren sin que nadie lo anuncie por los medios. Simplemente acontecen y, cuando esto ocurre, la posición que tomemos ante el futuro puede abrir caminos o cerrarlos.

Lo mejor siempre está por venir. Al menos en materia de diseño, comunicación o como cada uno quiera significarlo. Tal vez para explicar mejor este concepto de evolución y visión optimista del futuro debo apelar a una historia personal. Siempre tengo muy presente a mis cuatro ídolos principales de mi vida y que ocupan un espacio en mi corazón junto a Steve Jobs, August Landmesser (el hombre que se negó a saludar Hitler en su propia cara); aunque hoy muchos dicen haberlo borrado de su lista yo sigo teniendo a Leonel Messi de ídolo, a Neville Brody (uno de los grandes diseñadores ingleses de los 80) y al gran escritor argentino Jorge Luis Borges. Esos ídolos incombustibles – y que están al lado de los ilustres y nombrados antes- son mis abuelos.

Al igual que una gran mayoría de los argentinos ellos fueron los típicos inmigrantes italianos que llegaron a la Argentina sin saber nada de español, casi sin saber leer y escribir, si tener una casa donde comer, dormir y bañarse, sólo tenían de combustible vital el impulso de salir adelante y hacerse de una vida digna en la inmensa pradera de la provincia de Santa Fé en Argentina, muy muy lejos de la Italia natal. Mis ídolos hoy serían considerados analfabetos estructurales y, gracias a la visión optimista sobre el futuro que ellos me inocularon en la sangre, hoy el nieto de esos «analfabetos estructurales» no sólo se recibió en una universidad argentina sino que da clases en una de ellas, trabaja internacionalmente y sigue pensando, irreductible, que lo mejor está siempre por venir. Como ellos me enseñaron con su propia historia de vida y con algún gesto o algunas palabras sabias, de esas que se dicen al pasar y en el momento justo.

Tal vez esa prospectiva positiva heredada es la que me lleva a pensar que desde aquellos años en que soñábamos con poder contar historias en múltiples lenguajes, con múltiples herramientas y para múltiples audiencias – tal vez soñábamos cuando no era tan claro que pudiéramos hacerlo- a este ahora de posibilidades de narrativas (storytelling) digitales veo que en realidad y, paradoja digital mediante, llegaron hace un tiempo atrás ¿Tal vez mientras soñábamos? Lo concreto es que están ahora ya disponibles y, como si fuera poco, la complementariedad de las profesiones de diseño y periodismo -entre otras- han logrado, con el avasallante avance tecnológico mediante, que podamos dar un paso hacia el futuro de las narrativas visuales mientras las vamos construyendo hoy y esto incluye no sólo a los medios de comunicación sino a las empresas y sus marcas.

Con todas las posibilidades creativas y de innovación abiertas para narrar y contar historias al alcance de la mano, en donde teoría y práctica se fusionan borroneando sus límites, donde la inmediatez y la proximidad con las audiencias abren caminos en lugar de cerrarlos, en medio de este contexto, el futuro es más brillante de lo que podemos verlo en este momento. Sólo es cuestión de atreverse a mirarlo y aportar nuestra mejor versión hoy.

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