Puede ser retórica. No lo es. Los nativos digitales prefieren otros canales para la interacción en lugar de las redes sociales más populares. Los nuevos usos de las redes sociales se perfilan hacia el futuro y por aquello de que no fue hoy, fue hace tiempo.
Tiempos veloces. Raros. Frágiles. Los nativos de la era digital parecen estar abandonando las redes sociales. Aquí algunas pistas en inglés. Aquí otras en nuestro idioma. La esfera pública nos expone. Nos incomoda. Comienza a aburrir en la previsibilidad de su uso. Sobre todo cuando llega alguien inesperado y con quién no tenemos demasiadas ganas de enredarnos entre retwits o en la pulsión ciega del me gusta. Un regreso al desván íntimo de la tertulia en plan chat por otros canales, no menos sociales, pero sin intrusos inesperados o al menos con férreo control de acceso y de daños. Este cambio lo estamos viendo hoy y pronto será mañana. Facebook quiso adelantarse al tiempo. No le fue muy bien al intentar comprar Snpachat. Y eso que había tres mil millones de razones para no oponerse. ¿El billete quedó corto? Es probable. Lo concreto: el 49% de los jóvenes entre los 18 y los 29 años en los Estados Unidos, se comunican a diario vía Kik, Whatsapp o iMessage, otro 41% consideran Snapchat su canal preferido según un informe de Agosto de 2015 del Pew Research (aquí en formato PDF). Facebook y Twitter declinan en su uso. Al menos en ese segmento.
¿Modas?, ¿Cambio de hábito de consumo y de interacción?, ¿Se puede pensar en una segmentación y especialización de uso de cada canal (aprovechar lo que hace mejor cada red social)? Todo puede ser tenido en cuenta y eso es lo bueno de hacerse algunas preguntas. Lo concreto: las redes sociales son ni más ni menos que una herramientas de comunicación que se pueden usar de múltiples maneras y al parecer hoy por hoy para compartir o interactuar con «mayor intimidad» y en forma más directa, los canales no parecen ser los de la redes sociales conocidas. En el fondo, y tal vez no tanto, las redes son sus usuarios y lo que ellos hacen con ellas. El valor está en la gente interactuando y no en la herramienta y sus posibilidades.
Y en esto de enredarnos en enlaces, en este caso providencial, me llegó este anuncio de Jeep. Simple. Memorable. Emotivo. Y que pone, al final del vídeo, el eje de esto en lo que estamos. Las marcas, las redes, el diseño, la comunicación, el periodismo lo termina de hacer el otro. Esas miles de «otredades» tan disímiles y concretas que completan el círculo. Después de todo son los que nos delegan (y nos la quitan con severidad) la credibilidad. Menudo encargo.