A la vida, cada tanto, se le ocurre cambiar las preguntas justo cuando pensábamos que teníamos todas las respuestas. En la industria de medios y en la cultural, en general, ese cambio irrumpe más seguido de lo que pensamos.
Al leer el artículo de Mario García sobre el rediseño del diario impreso County Highway (EE.UU.), sentí que otra vez la vida había cambiado las preguntas y más aún cuando el entorno multiplataforma revolucionado por la masificación de la IA se balancea entre tener todas las respuestas y la sistematización de los procesos digitales. Qué bueno es saber que debemos buscar nuevas respuestas. Es una mirada al futuro que nos permite entender nuestro presente.
Hay una pregunta que sigue flotando y a la que se han ensayado múltiples y repetidas respuestas, ¿Sobrevivirán las ediciones impresas? La mía es simple, no tengo la más mínima idea. Intentar predecir el futuro es un trabajo inútil e improductivo.
Pero al pensar en el presente y en ese devenir tal vez veamos que el contacto humano, no solo virtual o digital, el compartir ideas, vivencias, interés, anhelos, alegrías, tristezas, descubrimientos o el simple hecho del contacto visual es parte de un experiencia que es difícil (casi imposible) de lograr en una plataforma o con un dispositivo digital.
En ese contexto, tan vital como necesario, una edición impresa ya sea revista, diario o libro, tiene la ventaja de ser algo real y concreto. Se toca, se huele y se comparte al mismo tiempo con la voz y con la expresión corporal que la acompaña. Además de tener muchas veces el olor a café o mate recién hecho como elemento adicional y a la risa o el debate de ideas que dispara una historia como eje central de ese instante. Podría decirse que es mágico o hasta místico y tal vez sea esto lo que terminará perdurando más allá del tiempo.