El mundo ha entrado en un momento histórico en donde la diversidad de géneros no se limita solo a roles y estereotipos estancados. Hoy vemos en realidad que se crean nuevos estereotipos de esta nueva diversidad. Este abordaje circular puede pensarse desde el eterno retorno y utilizando un contrafáctico, tal vez veríamos a Marylin Monroe como la primer «influencer» de la historia, un ícono pop, de perfección de belleza que podría tener su perfil de Instagram y canal de YouTube y ser tal vez tendencia hoy en día.
Si hacemos un análisis sobre el branding representado por mujeres vemos que desprenderse de la visión que pondera a la belleza tiene un lugar central. Tal vez esta belleza de hoy no tenga mucho que ver con la que encarnaba la diosa rubia del sueño americano o, la belleza no sea solo un aspecto de lo femenino sino un concepto más amplio que aborde diferentes modelos de esteticismos.
Ya sea por costumbre o por una simple asociación de género, todo lo relacionado a la publicidad para mujeres responde a un estándar, un lugar común de los nuevos esteticismos de lo femenino (al final de cuentas siempre que hay algo de verdad hay en un estereotipo), de todas maneras hay ciertos lugares que las mujeres ocupan en el branding por fuera del canon establecido. La sinceridad y los valores emocionales necesitan estar presentes para ganar terreno en la representaciones que pueden proponer la publicidad o el desarrollo del branding. ¿Vamos hacia un branding hecho por y para mujeres? El tiempo, el mejor aliado en la construcción de las marcas, dirá si es un valor de época o un valor que llegó para quedarse como un nuevo estándar.
Reconocer las apropiaciones femeninas permiten elaborar una mejor imagen de marca. Sin embargo, pocas de ellas tienen poder de decisión en las agencias publicitarias. “Pese a que influenciamos el 80% del consumo sólo hay un 3% de mujeres en las direcciones de creatividad de las agencias publicitarias”, paradoja sí las hay. La influencia del consumo también hace a la rentabilidad, por lo que la mayoría de las mujeres están determinando de manera indirecta la influencia del producto que consumen . El «rol creador» masculino las ha dejado por años en una posición de «rol objeto» que, al mismo tiempo, ni en la teoría, ni en la práctica pudieron corroborar: al talento no lo definen los géneros. El talento y la posibilidad de crear es la esencia de las personas, la posibilidad de conectar con las subjetividades y establecer un diálogo y despertar la emoción en las personas es la esencia de las marcas.
En el diseño, el mercadeo y la publicidad hay mujeres que marcaron un camino. Pioneras en un mundo que parece negarse a darles, aún hoy, ese lugar de creadoras, de creativas y si se quiere de disrupción, que sin duda lo fueron y por nombrar algunas: