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3 de agosto de 2016    Post #624
La historia de lo fugaz

El desafío de las marcas editoriales ante las nuevas generaciones. La marca, entre el off y el on line permanente. La no tan nueva dimensión social de la marca y el imperativo de agregar valor en la era de lo efímero. Nuevos canales, nuevas audiencias. El mandato de crear experiencias de conversación. Si miramos bien, […]

El desafío de las marcas editoriales ante las nuevas generaciones. La marca, entre el off y el on line permanente. La no tan nueva dimensión social de la marca y el imperativo de agregar valor en la era de lo efímero. Nuevos canales, nuevas audiencias. El mandato de crear experiencias de conversación.


Si miramos bien, casi que podríamos decir que estamos ante una convergencia de varios aspectos que ayer nomás, veíamos por separado o, al menos en las empresas editoriales no se veían como engranajes de una misma maquinaria. El diseño, la tecnología, el mercadeo y el contenido forman parte de la creación de la experiencia de marca. Cada una de las partes desde su campo divergente convergen en un sólo punto: en el producto y en la experiencia que las personas tienen con ese producto. The Economist, por ejemplo, supo sacar muy temprano una ventaja sustancial al encarnar el cambio de paradigma que impuso la era digital.

Y este cambio obligó, un poco a los golpes, a modificar aquella visión compartimentada de engranajes separados. La pregunta que habría que hacerse es, en todo caso, ¿se está llegando tarde y mal a comprehender (de asir) este cambio?. Nunca es tarde, lo complejo sería si convertimos en demasiado tarde aquél tarde. Y sobre todo en un escenario de velocidad fulminante donde ya no son sólo Facebook o Twitter los que marcan el ritmo de la vida social digital, sino que irrumpe por ejemplo: Snapchat acelerando la fecha de vencimiento de un contenido compartido a sólo unos cuantos segundos y poniendo como principal valor a la privacidad. En Snapchat no están los mayores fisgonenado lo que otros nos proponen de contenido en nuestros muros sociales. El hoy popular fantasmita potenció tanto esa proximidad entre pares y audiencias afines que, en el 2015 (trillones de años luz atrás medidos en tiempo Snapchat) Snapchat Discover se saturó de canales de empresas de medios.

La brevedad se impone y ahora en 2016 otra red social, Instagram, suma una utilidad (Instagram Stories) que permite compartir un breve instante de felicidad y que antes de las 24 horas desaparecerá. ¿Elogio de lo fugaz?. Puede ser, lo concreto: un nuevo desafío años vista para los productores de contenidos y de información (y sobre todo para los anunciantes) con audiencias -las más jóvenes- que tienen cada vez más canales de interacción directos entre pares, con nuevas narrativas, con nuevas formas de interactuar, con nuevas percepciones y con nuevos sesgos. También uno puede preguntarse, será Instagram Stories la respuesta de Facebook (dueño de Instagram) a la negativa de la red social del fantasmita amarillo de aceptar los tres mil millones de dólares para compararlo. El tiempo lo responderá.

Fuentes:

Instagram Takes a Page From Snapchat, and Takes Aim at It, Too, nytimes.com

Snapchat Discover: la importancia del contenido, enriquedans.com


 

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