Sin contenidos relevantes de cualquier tipo que no se vuelvan imprescindibles y creíbles para las audiencias, el futuro de los medios sean en papel o digital no será muy próspero. El cambio disruptivo marca el ritmo.
La explosión de las redes sociales, el crecimiento exponencial del mercado de los teléfonos móviles y la masificación de las conexiones inalámbricas han marcado a fuego un cambio que no se limita al ámbito de los medios de comunicación. También cambió todo el marco de la participación política ciudadana y amplió la posibilidad de creación de modelos económicos alternativos. Menudo cambio.
La cultura consolidada de la economía del intercambio, de la colaboración, del conocimiento social en línea y de la identidad pública están causando un gran impacto en todo el mundo. En lo político, los partidos y la política tradicional no son aglutinantes y los ciudadanos han tomado una iniciativa de manera más o menos espontánea y nacida de la deliberación y debates que permite la red de redes. En lo mediático la perdida de imprescindibilidad de los los medios tradicionales es irrefrenable. La posibilidad de acceder a la información en tiempo real en forma gratuita es un paradigma difícil de modificar en el corto plazo. Sumado a esto o como consecuencia de esto, los medios de comunicación tradicionales han perdido su influencia en lo social y cultural como mediadores desde que los usuarios han tomado por asalto la decisión de seleccionar que es relevante o no de la información que fluye en la red de redes. La blogósfera fue y es el principal motor de este cambio revolucionario e irreversible. La modificación de la próximidad de los contenidos donde la hiperlocalidad está delineada por los intereses que tenga la audiencia marcan un rumbo que se corona con la capitalización que logró Facwbook en estos días. Una construcción de valor económico global basado en la publicación de la intimidad hecha pública de las personas.
Reducir la discusión sobre el nuevo ecosistema mediático al sólo hecho de un cambio de soporte, el que se por el que sea, es ver sólo un pequeña parte de la cuestión. Es claro que existe ese cambio de soportes, según cada mercado y sociedad, pero no es lo central por que los medios tradicionales con seguridad seguirán existiendo por un largo rato, el centro de la cuestión abarca a también a los nuevos medios: que se ofrece de contenido (entendido no sólo como noticioso sino a todo lo que se publique u ofrezca en un medio digital) para que las audiencias se apoderen de él, interactúen, lo compartan y además se convierta en imprescindible y sobre todo usable y que agregue algún tipo de valor a la vida cotidiana de las audiencias. Esa es la cuestión y no sólo el cambio de soporte.