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24 de febrero de 2010    Post #1082
¿El diseño ha muerto?

En lo más mínimo y con las redacciones avanzando hacia procesos informativos integrados, su papel se vuelve más importante. En honor a la verdad muchas redacciones ya están trabajando con este concepto desde hace un largo tiempo. Lectores cada vez más expuestos a una multiplicidad de medios informativos, diseñadores abarcando cada vez más nuevos espacios […]

En lo más mínimo y con las redacciones avanzando hacia procesos informativos integrados, su papel se vuelve más importante. En honor a la verdad muchas redacciones ya están trabajando con este concepto desde hace un largo tiempo. Lectores cada vez más expuestos a una multiplicidad de medios informativos, diseñadores abarcando cada vez más nuevos espacios de desarrollo profesional.


Artículo publicado en el sitio Revista Ideas On Line de INMA en el 2008

Con cada nuevo medio o soporte que está a la alcance del público, estas integraciones son cada vez más inevitables. Pero esta integración no sólo abarca a los periodistas y diseñadores de una redacción de un medio impreso o digital, sino que está llamando a que las áreas de distribución, atención al lector, publicidad, mercadeo y recursos humanos, se sumen al proceso.

Una cadena de valor informativo no termina con la publicación de la información. El ciclo es continuo. Las tecnologías van borroneando las fronteras entre las profesiones. Las van cambiando para bien o para mal. ¿Está el diseño a salvo de este proceso? No, todo lo contrario. La transformación se está dando desde hace varias décadas y tal vez en los últimos años aumentó su velocidad; pero el fenómeno no es nuevo y por lo pronto no ha dado señales de detenerse si no de profundizarse.

El diseño, como disciplina, es en esencia quien proyecta las condiciones en que un producto se debería leer o la manera en que este lucirá; desarrolla la identidad a futuro y además delinea la manera en que debería ser percibida una publicación, es decir trabaja con una visión prospectiva y proyectual más allá de la coyuntura o el contexto histórico. Construye el devenir más que modelar el día a día, de hecho muchas de las tipografías que hoy en día se usan fueron desarrolladas siglos atrás y aún hoy siguen funcionando y adaptándose a soportes inimaginables para el diseñador que las creó. Esta característica del diseño no ha mutado con la carrera tecnológica y es parte de su deber ser; el de tener la capacidad de proyección. Pero esta cualidad se ha visto cada vez más apremiada por la exasperante velocidad de los acontecimientos que en muchos casos, lo han acorralado contra el tiempo, siempre escaso, de los procesos informativos y de producción. Del boceto a la realización median mínimos segundos. Esta velocidad sin duda ha transformado el proceso creativo y de resolución final de un diseño.

El diseño es una herramienta que construye el universo informativo en publicaciones cada vez más volcadas hacia la apertura de su proceso diario. La información hace al diseño y no al revés. La edición es el proceso, es una cadena de valor, es el núcleo central de las redacciones que al mismo tiempo que se integran se distribuyen (o deberían hacerlo) para lograr una mayor pertinencia informativa y proximidad. La forma es contenido, como siempre ha sido. Tal vez esta aceleración del proceso informativo sacudió, de mala manera, la modorra de los diseñadores tradicionales. El diseño editorial, muta, se transforma, se reinventa en un contexto que no hace más que reafirmar su carácter interdisciplinario  en una cadena de valor informativa.

:: Algunas ideas al respecto:

• Ante el caudal ininterrumpido de información, el ordenamiento, la jerarquización y el criterio periodístico han puesto en evidencia la importancia del texto informativo y la simpleza de una puesta en página.

• Si bien existían antes de la llegada de la red de redes, los navegadores, los índices (o como cada uno los quiera llamar), la posibilidad de intercambiar información entre medios, son uno de los grandes aportes que la era digital ha transmutado al papel, haciéndolo más utilitario y funcional. O mejor escrito, internet, ha puesto en evidencia la importancia de la interrelación entre los medios y del “uso” de la información en términos, usuario / soporte y que, en muchos casos, eran preexistentes a la masificación de internet. Como siempre, está en los lectores usar o no estas estructuras informativas en el papel o en el soporte que sea.

• El diseño es parte de la historia que se cuenta y su estructura es (debe) ser invisible, el diseño debe agregar valor a la historia con sus recursos gráficos. El contar historias es lo relevante desde lo textual y lo gráfico. El diseño debe facilitar el acceso a la información.

• El ordenador personal ha democratizado el diseño. El diseño no es cuestión de músculo, sino de materia gris, aun en tiempos tan salvajes y veloces como los actuales. En realidad siempre lo fue, pero como todo, siempre se vuelve a los orígenes. Un eterno retorno.

• Serif o sans serif, esa no es la cuestión. Lo importante es la “capacidad de lectura” que podemos ofrecerle a los lectores con la selección tipográfica que hagamos. Hoy el contacto entre las audiencias y los contenidos se da un contexto de “interfases” poco convencionales. La tipografía es forma y contenido mas allá del soporte que sin duda se impone cada vez más digital.

• Rescatar a la infografía como género periodístico va más allá de una declaración voluntaria de principios, es un imperativo de rigor para el diseño de la información.

• Si bien los periódicos deben saber a periódicos, con procesos de elaboración informativa cada vez mas integrados, con lectores que pasan gran parte de su tiempo delante de la pantalla de su ordenador, de la televisión y del celular, con audiencias jóvenes alejadas de las páginas impresas pero sumergidas en las páginas webs; es inevitable que la era digital deje su impronta en los periódicos.

Aunque genere un mayor estrés entender el contexto informático y competitivo que existe hoy, la era de la información es una oportunidad: un medio de comunicación toma de otro medio, géneros, estilos o innovaciones que lo enriquecen y potencian. Las influencias de la era digital han modelado la percepción de las nuevas generaciones. Nos adaptamos o seremos los próximos dinosaurios del mundo mediático. 

El diseño de la información se basa en una multiplicidad de capacidades asociadas de un equipo de personas que manejan diferentes lenguajes y el acople de los diseñadores a este proceso requiere repensar al diseño, como lenguaje o herramienta de estructuración de un medio desde enfoques distantes de los conceptos que siempre se lo pensó. Disolverse en una nueva amalgama de trabajo en equipo, no es tarea sencilla y es un proceso en si mismo y como tal requiere de tiempo. Acotado. Pero un tiempo al fin y sabemos que es lo que siempre falta. Después de todo y como decía un siglo atrás el economista Alfred Marshall, la importancia de las ideas que construyen una época, no suele ser percibida por la generación que las produce.


 

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