Cada tanto se necesita dejar que el aire entre por una ventana y renueve las ideas para que se transformen en otras. Siempre hay algo por descubrir. En tiempos de crisis, la innovación pasa hasta por los errores que cometemos que deberían ser nuevos. La publicidad, otra forma de contar historias.
Pensar lo imposible, ¿por qué no?. Retirarse y ver las cosas de otro modo, ¿por qué no? Dejar que las cosas fluyan sin que algo tenga que tener un sentido aparente, ¿por que no?. ¿Demasiado ingenuo? Tal vez, el cinismo está muy bien como antídoto para espantar la normalidad que sólo lleva a ninguna parte pero no como una forma de vida en la cual la sorpresa es una rareza. Después de todo la vida misma está hecha de sorpresas. Subestimar es fácil. Creer y esforzarse para lograr una idea simple es más complejo. Lo memorable trasciende el tiempo. Contar historias, de eso se trata, por que sin historias, no hay historia. Las ideas son esa materia intangible que en definitiva necesita cualquier negocio, empresa, organización, equipo, comunidad o el hombre mismo como un todo para avanzar, para creer más allá de las apariencias. Un relato no tiene nada de malo, mientras sea honesto en lo intelectual. Las ideas son el capital intangible que mueve al mundo. Sería bueno dejar de subestimiar el valor de la ideas y sería mejor aún pasar del no, al ¿por que no?, ¿no?.
Nada es lo que parece en las redes sociales
Una apusta ganadora
Fuente: adsoftheworld.com