Mundo visual. Percepciones y una mirada personal en la imagen. Mirar de costado mientras todo pasa y descubrir y estimular. Mundo de virtualidades compartidas, distribuidas y diluidas en espacios públicos y sociales.
Fuente: ffffound.com
En estos tiempos en que se enarbolan a la innovación y la disrupción creativa como banderas y estandartes importantísimos en el desarrollo de productos y de nuevas ideas de diseño (y de hecho claro que lo son), sería bueno entonces conjugar mucho más el verbo jugar o tal vez en lugar de aprender, habría que empezar a desaprender lo aprendido, jugando. Algunas imágenes se incrustan en nuestras vidas. Mundo visual implacable y de percepciones y cambios perpetuos. Fábrica de estereotipos que muchas veces las palabras potencian al infinito. Pero algo hay en el juego de las percepciones donde la simetría no parece ser tal o se combina con proporciones y formas que crean la ilusión de la perfección donde no la hay. Los significados pueden variar en función de como juguemos con el espacio. Jugar. De eso se trata. Jugar con las formas, las tipografías, los colores y el plano, después de todo los componentes de una pieza gráfica se definen, unos a otros, en función de su relación entre los elementos: un color será más o menos brillante en relación con otros y lo mismo ocurre con las escalas de los objetos puestos en un plano. Serán grandes o chicos en relación entre ellos, el plano visual o la percepción que tengamos de ellos. Jugar. Un verbo que con el paso del tiempo nos vamos olvidando de usar. La búsqueda de nuevas ideas y conceptos que pueden surgir a partir de un proceso no existente, no buscado, simplemente por jugar. Y de nuevo aparece ese maldito verbo.
(Aeropuerto de Maiquetía, Venezuela. Foto personal del autor)
(Alguna calle de Cochabamba, Bolivia. Foto personal del autor)
Fuentes: ffffound.com y cultivacultura.jimdo.com